Con esta entrada queremos, principalmente y en primer lugar, mostrar nuestro más firme apoyo a la iniciativa del 15-M y a su significado más básico: expresar un sentimiento colectivo de desencanto, indignación, descontento e inconformismo.

Durante años hemos asistido a un sistema democrático bipartidista en continua decadencia hasta llegar a la cúspide de la vergüenza, esta crisis que nadie parece querer enmendar. Contratos basura, recortes sociales, precariedad laboral, limitación de la libertad de expresión, favoritismo hacia banqueros y grandes empresarios en detrimento de las pequeñas y medianas empresas y de los currantes y un larguísimo etcétera componen nuestra realidad cotidiana, soslayada por la clase política que sólo gusta de escupirse cifras y alimentar una constante, infinita y absurda polémica marrullera al estilo Telecinco que no ayuda al ciudadano de a pie, superviviente a la fuerza. El estamento político se ha distanciado de la realidad social que nos toca soportar. Lo más indignante es que luego pretenden captar tu voto con campañas que sólo consisten en desacreditar al resto de partidos.

El pueblo, por primera vez, está hablando y no a través de una papeleta, sino con su voz. Da igual que unos tachen a la gente acampada en la Puerta del Sol y en otros muchos lugares de España de perroflautas, antisistema, ni-nis o chiripitifláuticos, o que otros hagan suya la protesta cuando la vaina ni siquiera va con ellos. Esto es algo que ha nacido desde el pueblo para el pueblo y que ha sacado todos los colores (azules, rojos, verdes) a nuestros políticos y a los que están por venir. Y por añadidura, por fin constituimos un ejemplo para el resto del mundo.

Nos hemos unido por un fin mayor que un mundial de fútbol y queremos que las cosas cambien de una vez y dejar de vivir resignados con la cabeza gacha. De esta manera hemos demostrado que no estamos dispuestos a seguir viviendo sumidos en un sumiso letargo.

Gracias a todos los españoles que al fin han alzado la cabeza y han llenado pacíficamente las calles del país para expresar lo que desde hace tantos años llevamos rumiando en silencio. Pero aún queda mucho camino por recorrer. De momento, hay un poco de batiburrillo de ideas sin unas reivindicaciones claras. Pero lo que sí está claro es que todos compartimos un mismo sentimiento de desazón e indignación y esto constituye el germen de algo grande y muy importante que necesita madurar y concretarse en medidas de cambio profundas. Cuestión de tiempo. Por algo se empieza y los comienzos siempre son duros, pero lo importante es precisamente eso, empezar.

Ahora, más que nunca, el pueblo español está unido y deben escucharnos. Con esto queda demostrado que nosotros, el pueblo soberano, somos la mayoría absoluta.